A pesar del evidente desgaste institucional del Colegio Médico Dominicano (CMD), su presidente, el doctor Waldo Ariel Suero, ha decidido intensificar su confrontación con el Gobierno, ratificando el llamado a una huelga nacional de 48 horas para los días 14 y 15 de mayo. La principal demanda: la reposición de más de 300 médicos cancelados, por lo que Suero señala directamente al ministro de Salud, Víctor Atallah, como el principal responsable.
La convocatoria fue confirmada por la Junta Directiva Nacional del CMD, aunque no sin controversias. Las demandas incluyen también el aumento salarial para médicos pensionados, una vieja bandera de Suero que insiste en ondear, a pesar de que el propio Gobierno le ha comunicado que no existen fondos para cumplir con esa petición.
Como si se tratara de un menú ampliado, el presidente del CMD ha sumado también la mejora de la seguridad hospitalaria, otro de los reclamos agregados al paquete de exigencias. Pero el trasfondo del conflicto va más allá de las reivindicaciones gremiales. La huelga llega en un momento en que el propio Suero enfrenta serias turbulencias dentro del Colegio Médico.
En los últimos meses, su figura ha sido objeto de fuertes críticas dentro y fuera del gremio. Su postura frontal ante la situación migratoria —especialmente por su rechazo a la atención a parturientas haitianas sin restricciones— y su denuncia sobre la supuesta exclusión del CMD en la elaboración del protocolo del Gobierno, han encendido un debate nacional y le han restado apoyos dentro del sector.
Pero quizá el punto más crítico sea la parálisis institucional del gremio. La elección de la Comisión Electoral, órgano que debe organizar las elecciones del CMD previstas para noviembre, ha sido pospuesta en dos ocasiones: primero en abril, y más recientemente el pasado sábado 10 de mayo. Han habido recusaciones incluso al propio presidente del Consejo Nacional, el doctor Justo Nicasio que es quien dirige la Asamblea Eleccionaria. Dicha asamblea, fue suspendida abruptamente por el propio Nicasio, en medio de denuncias de manipulación y prácticas poco éticas. Sin embargo, múltiples voces señalan al doctor Waldo Ariel Suero como el verdadero artífice del boicot, alegando que no contaba con los delegados ni con los votos necesarios para imponer a sus candidatos.
El malestar dentro del CMD es creciente. La crisis de representatividad, la fragmentación interna y la alta exposición mediática de su presidente, muchas veces orientada más al espectáculo que a la gestión, han deteriorado la imagen del gremio médico. Todo esto en un contexto en que el Gobierno había firmado recientemente un acuerdo con el CMD que incluía un aumento general de salario de un 25 % y otros 14 compromisos.
¿Es este el momento de ir a la huelga? ¿Responde este llamado a una genuina defensa de los derechos de los médicos o a un intento de reposicionamiento político de Waldo Ariel Suero en medio de un proceso electoral gremial que se le escapa de las manos?
La imagen del CMD no puede permitirse más golpes. Mientras se multiplican los llamados a la sensatez, la fecha para una nueva asamblea electoral ha sido fijada para el 14 de junio. Hasta entonces, el gremio vive en un limbo institucional, y su presidente, en una batalla simultánea: una contra el Gobierno, y otra más peligrosa, contra el descrédito interno.
