Inicio Opinión

Peripecias en salud para el anciano

Dra. Alexandra Castillo. Médico Internista-Geriatra. Presidente Sociedad Dominicana de Geriatría 2022-2024 dra.acastillo@gmail.com @dra.alexandracastillo

La Geriatría es la especialidad médica que previene, diagnostica, trata y rehabilita de manera integral al adulto mayor, su problemática más conocida es la fragilidad, en torno a ella se gesta el accionar principal de lucha de todo geriatra ya que es la situación previa a la incapacidad. Por esta razón en Geriatría se anticipa, se predice y se gradúa, el riesgo de discapacidad, para identificar los individuos de alto riesgo y de esta forma evitar o al menos retrasar el deterioro funcional. 

Con esos conceptos es que se sentaron las bases de la geriatría, donde alrededor de 1947, la Dra. Marjorie Warren en Inglaterra decía que “las necesidades de los ancianos habitualmente se encuentran entre dos mundos, el de alguien que no está tan enfermo como para ingresar en un hospital pero sí demasiado impedido o frágil como para vivir en su casa”, por eso enunció los siguientes objetivos, que aún hoy fundamentan la geriatría: “a)Prevenir la enfermedad siempre que sea posible; b) Reducir las discapacidades físicas y médicas todo lo posible; c) Obtener y mantener la máxima independencia; d) Enseñar al paciente a adecuarse de forma inteligente a esa discapacidad residual”. De esta forma logró reinsertar o reincorporar sus pacientes a su comunidad, clasificando según su funcionalidad cada situación clínica de forma individual, por eso se crearon recursos sociales y sanitarios para ofrecer una adecuada atención a este grupo etario, que incluya además de la atención integral, el manejo interdisciplinar. 

Afirma la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) que, “en una sociedad envejecida, no es el anciano quien debe acomodarse a un sistema asistencial no diseñado para él, en primer lugar, porque no puede (disminución de la adaptabilidad) y, en consecuencia, esta exigencia lesiona los más elementales principios éticos y de calidad. Es, por tanto, el sistema sanitario el que deba adaptarse a las necesidades de su principal cliente: el anciano”. Aunque en nuestro país aún no contamos con la disponibilidad de la mayoría de estos eslabones de asistencia geriátrica, no significa que no estén bien delimitados y ejecutados en otros países, donde la especialidad es tomada bien en cuenta en los sistemas de salud. 

Dentro de estos niveles de asistencia para el adulto mayor se encuentran: 

Unidad geriátrica de agudos: Son unidades hospitalarias adaptadas estructuralmente que favorece la movilidad y orientación y dirigidas a la atención del paciente geriátrico con patología médica aguda, o reagudización de enfermedades crónicas. 

Unidad de recuperación funcional o de media estancia: Se enfoca en restablecer funciones, actividades o secuelas recientes que son potencialmente reversibles, hay diferentes tipos para especializar y abarcar más el cuidado y objetivo rehabilitador, por ejemplo, unidad de ortogeriatría la cual trata los pacientes con afecciones ortopédicas (fracturas), unidad de ictus, para pacientes con secuelas post enfermedad cerebrovascular, etc. 

Hospital de día: Centro diurno interdisciplinario, integrado en un hospital, al que acude el anciano frágil o el paciente geriátrico con incapacidad física, para recibir tratamiento integral y/o valoración geriátrica y regresar posteriormente a su domicilio. Su utilidad radica en la intervención oportuna a pacientes con dependencia potencialmente reversible o deterioro cognitivo pero que aún mantiene un grado suficiente de movilidad. Por ejemplo, para transfusiones, medicación endovenosa, cuidado de úlceras, etc. El objetivo es la intervención rápida y tratamiento precoz para prevenir el ingreso hospitalario. 

Asistencia a domicilio: Engloba un conjunto de recursos dirigidos a prestar apoyo y cuidados en el domicilio a las personas que dejan de ser autónomas para llevar a cabo las actividades básicas de la vida cotidiana y se realiza de forma programada, donde el médico especialista acude al entorno del paciente. 

Podría interesarte:
2020, el año que retó las capacidades en los sistemas de salud

Asistencia institucional: Tienen como objetivo el prestar atención sanitaria (desde distintas disciplinas) y social. Las personas que viven en una residencia pueden hacerlo de forma temporal o indefinida beneficiándose de la asistencia profesional especializada. Y estos centros pueden ser públicos, privados y concertados. 

Con estos niveles de asistencia se obtiene esa individualización de los casos que definía la Dra. Warren, que ahora sus resultados los llamaríamos “medicina basada en la evidencia”, ya que ella logró con sus investigaciones y prácticas, mejorar la calidad de vida de los pacientes a su cuidado y gracias a ello vimos nacer la especialidad en geriatría y actualmente se ha logrado que a nivel mundial haya una mayor visibilización hacia la vejez y más por la situación del cambio demográfico. 

Este pasado 17 de abril, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó la actualización de sus informes sobre la “Década del envejecimiento saludable”, que viene ejecutándose desde el año 2020 y hasta el 2030; allí ratificó que Latinoamérica sigue su acelerado paso hacia el envejecimiento poblacional y que para el año 2030 habrá más personas mayores de 60 años que menores de 15 años. El director regional de la OPS, Jarbas Barbosa, destacó la importancia de las investigaciones para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y comunidades, pero recordó que pese a los grandes progresos en materia de envejecimiento, el gran desafío actual es conseguir vivir de una forma más saludable la gran mayoría de los años, un objetivo que requiere aplicar una serie de estrategias a lo largo de toda la vida, no solo durante la vejez, es decir que debe haber voluntad de las autoridades para lograrlo. 

En los países desarrollados se han adoptado las prácticas geriátricas, con un sistema exhaustivo de cuidados a los pacientes más viejos y es una poderosa estrategia para los sistemas sanitarios que enfrentan el reto del envejecimiento humano. Es por esto por lo que nosotros, un país de subdesarrollo, deberíamos tratar de que nuestro sistema de salud mejore cada día, al menos con lo que contamos. Entonces, ¿con qué contamos? Al menos contamos con dos escuelas de formación en la especialidad de geriatría, que, aunque faltan más áreas de formación (enfermería, odontogeriatría, geronto-arquitecto, etc.) ya con eso tenemos un buen avance. Sin embargo, debo insistir que hay que ampliar el espectro de actuación con los siguientes ejes: 

  • Debemos estimular la inclusión de la materia de geriatría en las escuelas de medicina, de esta forma los médicos generales egresados que acuden luego a una pasantía médica bajo su responsabilidad cuenten con instrucciones específicas estudiadas para dar respuesta adecuada en su comunidad a sus pacientes adultos mayores. Tenemos once escuelas de medicina en el país y de esta ni la mitad ofrece dentro de sus pénsum, la materia. Inclusive la universidad del estado que tiene la mayor cartera de estudiantes de medicina, no la ofrece dentro de su listado de materias.  
  • En el acápite de nuestras escuelas de formación en la especialidad, a propósito del concurso pasado recientemente y del que pronto serán aperturadas y publicadas las plazas, debemos procurar ser lo mejor que podamos ser, apostando a la excelencia, adecuándolas siempre a las competencias de las escuelas de la región, para así lograr el cometido. Nos favorecería contar, por ejemplo, con otra escuela de geriatría en un hospital céntrico de Santo Domingo, donde puedan tener acceso mayor cantidad de pacientes y en la cual se pueda hacer el engranaje del equipo multidisciplinar, es decir, con todas las especialidades y subespecialidades con las cuales poder interactuar en el tiempo de formación. Esto significa que el objetivo no es abrir una escuela sin fundamentos, sino con los objetivos a lograr bien definidos, contando con una estructura que garantice que esa excelencia en formación sea siempre una realidad, además de que fomentaría el espacio para la investigación, propiciando el estudio criollo en el adulto mayor que tanto hace falta.  
  • Por último, el punto más álgido en todo, nuestro sistema de salud debe contemplar dentro de sus especialistas al especialista en geriatría (nombrándolo como tal) ya que, aunque cada año desde el 2006, se forman promociones de geriatras, de manera formal aún no se insertan en el área laboral de cada hospital. De hecho, la ley lo establece, tenemos descrita la Ley 352-98 que es la “Ley sobre protección de la persona envejeciente”, en su artículo 11 párrafo II que dice que el envejeciente tiene derecho a una atención geriátrica y obviamente el especialista en geriatría es quien está formado en dicha valoración; igualmente la Ley 1-12, que es la “Ley Orgánica de Estrategia Nacional de Desarrollo 2020-2030”, en su segundo eje de desarrollo dice, entre otros (no detallados en este momento porque llevan una ampliación profusa del tema), que es responsabilidad del estado “expandir en todo el país y mejorar la calidad de los servicios geriátricos en los tres niveles de atención del sistema de salud”, esto significa que deben incluir la especialidad dentro de sus ejes de acción con el adulto mayor. 
Podría interesarte:
Analizarán envejecimiento de la población dominicana, retos y desafíos

Reconocemos que, por su lado algunos estamentos como el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente, (Conape), ha estado ejerciendo una función pro-activa en la parte de la inclusión social del envejeciente dominicano, sin embargo, hace falta que todas las esferas de acción estén cubiertas, que se den cumplimiento a las leyes promulgadas y que se de acceso a la “geriatrización de los servicios de salud”, para que sean inclusivos con el adulto mayor; empezando con lo que tenemos, luego podremos ir adecuando los demás espacios hasta nivelarnos a un sistema que garantice la salud integral del envejeciente. 

En todos los casos, la Sociedad Dominicana de Geriatría, adjunto a sus distinguidos miembros, estamos en la disposición y la disponibilidad de llevar a cabo las planeaciones para la ejecución de estas propuestas y hacemos un llamado a que en todo lugar donde se trabaje directa o indirectamente con, por y para envejecientes, sea incluido un especialista en el adulto mayor, el cual está formado en esa área, para que de forma oportuna pueda ser cubierta la necesidad puntual de este grupo etario con la visión del especialista entrenado en el área, quizás de esta forma podremos cambiar las peripecias que se viven al llegar a viejo en nuestro país.

Médico Internista-Geriatra.

Presidente Sociedad Dominicana de Geriatría 2022-2024 

dra.acastillo@gmail.com @dra.alexandracastillo

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en SaludNews está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional acreditado.

Artículo anteriorVacunación infantil en Latam y el Caribe registra mayor descenso mundial de la última década
Artículo siguienteINFOTEP y SIPEN impulsarán el Sistema de Pensiones a través de la formación técnica